por Eric Kolb, cofundador de Songs & Smiles
***********************
A mi suegra, Trish, le encantaba hablar. Era educada y atractiva, buena oyente y dispuesta a compartir una amable palabra de aliento. Sus amigos y familiares siempre deseaban hablar con ella.
Pero el Alzheimer cambió la forma en que Trish podía entablar conversaciones. Cuando empezó a perder la capacidad de almacenar nuevos recuerdos, tuvimos que aprender nuevas formas de hablar con ella.
Repensar la conversación
Piensa en cuántas conversaciones has tenido durante tu vida. Has tenido años de práctica. Y ha desarrollado muchos hábitos prácticos, como hacer preguntas, compartir detalles, corregir errores y aprovechar conversaciones anteriores.
Estos hábitos ayudan cuando se habla con una persona que funciona normalmente. Pero cuando se habla con alguien que tiene Alzheimer, se necesita un nuevo conjunto de hábitos.
Cuando traté de hablar con Trish de la misma manera que siempre lo había hecho, ambos terminábamos frustrados, confundidos y desanimados. Entonces, comencé a repensar cómo tener conversaciones con ella y otras personas que viven con la enfermedad de Alzheimer. Busqué el consejo de otros cuidadores y probé nuevos métodos. Varios libros fueron de gran ayuda para mí, especialmente “ Creating Moments of Joy ” de Jolene Brackey y “ Contented Dementia ” de Oliver James.
Cuando comencé a pensar diferente, comencé a tener mejores conversaciones con Trish. La frustración y la confusión no desaparecieron por completo. Pero cada vez más de nuestras conversaciones ahora estaban marcadas por risas, amabilidad y alegría .
Estaba aprendiendo a adaptarme. Estaba reconociendo que el Alzheimer le había robado la capacidad de Trish para almacenar nuevos recuerdos. Y estaba adaptando mi comportamiento en consecuencia. Al cambiar mi forma de pensar y mis acciones, estaba ayudando a Trish a sentirse más cómoda. Cuando se sentía más cómoda, era más probable que fuera educada y alentadora. En otras palabras, se parecía más a ella misma.
Al final hice una lista de cosas que sabía que debía tener en cuenta cuando hablaba con Trish.
4 hábitos útiles para hablar con alguien que tiene Alzheimer:
- Hacer afirmaciones
- compartir sentimientos
- Siempre de acuerdo
- Empezar de nuevo
Yo todavía estoy desarrollando estos hábitos, pero sé lo útiles que pueden ser. Estos hábitos me guiaron mientras cuidaba a mi suegra y continúan guiándome hoy cada vez que hablo con alguien que tiene Alzheimer.
Es una lista simple. Pero poner estas cuatro cosas en práctica puede resultar un desafío. ¿Por qué? Porque cada uno implica una nueva forma de pensar. Van en contra de lo que te han enseñado. De hecho, cada una de estas simples afirmaciones implica una reversión completa de algunos de nuestros hábitos de conservación más comunes. Para dejar esto claro, aquí están nuevamente esos cuatro hábitos útiles, esta vez combinados con el hábito que cada uno reemplaza:
- Hacer declaraciones (en lugar de hacer preguntas)
Ejemplo de lo que no se debe decir: “¿Tienes hambre?
¿Que quieres para desayunar?" En su lugar, intente: “Ya casi es hora de desayunar. Los panqueques me suenan bien”. - Comparta sentimientos (en lugar de detalles)
Ejemplo de lo que no debe decir: “Tu hermana vuela desde San Francisco esta tarde a las 2:36 pm, así que la recogeré en el aeropuerto y conduciremos directamente hasta aquí.
Si su vuelo llega a tiempo, deberíamos estar aquí a las 4 a más tardar”. En su lugar, intente: “Estoy tan feliz. Tu hermana viene a visitarte hoy. Ella te ama tanto." - Siempre de acuerdo (en lugar de corregir errores)
Ejemplo de lo que no se debe decir: “No.
Tu hija no viene hoy. Ella tiene que trabajar." En su lugar, intente: “Sí. Tu hija te ama y le gusta venir a verte”. - Empezar de nuevo (en lugar de basarse en conversaciones anteriores)
Ejemplo de lo que no se debe decir: “Ayer dijiste que querías dar una vuelta por el campo, así que eso es lo que haremos”.
En su lugar, intente: "Hoy sería un hermoso día para conducir en el campo".
Práctica práctica práctica
Los hábitos se forman con el tiempo. Necesitarás entrenamiento y práctica. Algunos de estos nuevos hábitos pueden parecer antinaturales. Esta bien. Síguelo. Te mejorarás. A medida que desarrolle estos hábitos, comenzará a experimentar conversaciones más agradables y productivas.
Desarrollar nuevos hábitos de conversación es especialmente difícil cuando se habla con un ser querido, como uno de los padres o el cónyuge. Se ha acostumbrado a cómo se produce la conversación entre usted y sus seres más cercanos. Aprecias el ida y vuelta, el toma y daca. Ha llegado a confiar en las respuestas de su ser querido.
Mi esposa, Sheryl, había disfrutado de toda una vida de conversaciones de calidad con su madre. Había aprendido a confiar en la capacidad de su madre para responder con precisión a sus preguntas. Durante toda su vida, Sheryl había podido acudir a su madre y compartirle nuevas historias y detalles de su vida. Practicar nuevos hábitos de conversación le parecía antinatural y le recordó lo que había perdido.
Prestar atención
Hablar con alguien que tiene Alzheimer, especialmente con un ser querido, puede ser un desafío. Pero las recompensas son inconmensurables. Sheryl y yo comenzamos a aprender a llorar la pérdida de las sencillas charlas de toma y daca que solíamos tener con su madre. Al mismo tiempo, estábamos desarrollando nuevos hábitos y aprendiendo a valorar cada nueva conversación.
Empezamos a aprender a prestar mucha atención a las respuestas de Trish y empezamos a aprender qué decir y qué no decir. La prueba y el error, combinados con paciencia, pueden ser un maestro maravilloso.
Deje que su ser querido que padece Alzheimer se convierta en su guía. Si algo que dices les molesta, intenta decir algo más. O, al menos, intenta decirlo de otra manera. Si algo que dices o haces hace sonreír a la persona, continúa así y prueba más de lo mismo.
Aprende nuevos hábitos. Trabaja en hacer afirmaciones, en lugar de hacer preguntas. Concéntrese en compartir sentimientos en lugar de hechos y detalles. Practique estar de acuerdo, en lugar de corregir errores y conceptos erróneos. Y aprenda a empezar de nuevo, reconociendo el potencial de alegría de cada nuevo día y de cada nueva conversación.
¡MUCHAS gracias por esta lista fácil de recordar de cosas para recordar en nuestras conversaciones! Los encontré muy útiles cuando mi suegro vino de visita en Navidad.
De nada. Nos alegra que hayan podido pasar tiempo juntos durante la Navidad.
Estos son consejos maravillosos. Muchas gracias.